¿QUÉ ES EL ALCOHOL?
Está
clasificado como depresivo, lo que significa que disminuye las
funciones vitales, lo que resulta en lenguaje mal articulado,
inestabilidad de movimiento, percepciones alteradas e incapacidad para
reaccionar con rapidez.
En cuanto a la forma
en que afecta a la mente, el alcohol se comprende mejor si se ve como
una droga que reduce la capacidad de la persona para pensar en forma
racional y distorsiona su capacidad de juicio.
Aunque
se clasifica como depresivo, la cantidad de alcohol que se consume
determina el tipo de efecto que tiene. Mucha gente bebe por el efecto estimulante,
como en el caso de una cerveza o un vaso de vino que se toman “para
animarse”. Pero si una persona consume más de lo que el cuerpo puede
tolerar, entonces experimentará el efecto depresivo del alcohol.
Empezará a sentirse “estúpido” o perderá coordinación y control.
Una
sobredosis de alcohol provoca efectos depresivos mucho más severos
(incapacidad para sentir dolor, intoxicación que obliga al organismo a
vomitar el veneno, y finalmente inconsciencia o peor aún, coma o muerte
provocada por una grave sobredosis tóxica). Estas reacciones dependen de
la cantidad de alcohol que se consuma y de la rapidez con que se
consuma.
Existen diferentes tipos de alcohol.
El alcohol etílico (etanol) es el único que se utiliza en las bebidas.
Se produce por la fermentación de cereales y frutas. La fermentación es
un proceso químico mediante el cual la levadura actúa sobre ciertos
ingredientes que se encuentran en los alimentos, creando alcohol.
CONTENIDO DE ALCOHOL
Las
bebidas fermentadas, como la cerveza y el vino, contienen desde un 2%
hasta un 20% de alcohol. Las bebidas destiladas, como los licores,
contienen entre un 40% y un 50% de alcohol o a veces más. El contenido
habitual de alcohol de las siguientes bebidas es:
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